Origen de la Congregación

 

En el año 1867, el Reverendo Padre Juan Bautista Díaz, Guardián de la Recoleta Franciscana de Santiago de Chile, recibe por inspiración divina el privilegio de fundar la Congregación de Hermanas Terceras Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción.

Siendo en este entonces Arzobispo don Rafael Valdivieso, aprueba esta inspiración y el 8 de diciembre de 1867, formo un beaterio con señoritas que querían ser mejores, virtuosas y abnegadas en el servicio de prójimo, para ello se les dio a observar la regla que el Sumo Pontífice León X dio a las Terceras Franciscanas Claustrales, sumándoles las Constituciones propias de la Congregación (1917).

La pequeña comunidad se instaló en una casa de calle Dávila, con el nombre de “Casa del Corazón de Maria”, como obra de Dios, crecía, manteniendo siempre el apoyo del Padre Juan Bautista Díaz y de los Presbíteros Clemente y Miguel Tagle.

En 1887 es nombrado Vice-Prefecto de Misiones el Padre Antonio de Jesús Márquez, que deseaba ardientemente civilizar y educar a los hijos de la “noble raza araucana”. Animado por estos sentimientos concibió en su mente la alta idea de fundar una Escuela Misional, que fuera regentada por Hermanas, y así como dirigió su mirada a Europa y Perú en busca de estas religiosas, pero no fue posible por falta de personal y por disposición de la Divina Providencia.

Decepcionado ante la imposibilidad de tan elevada aspiración, tuvo noticias de la existencia del Beaterio que bajo el nombre de Hermanas Terceras de Penitencias de nuestro Padre San Francisco, se dedicaban a obras de piedad bajo la dirección del Padre Juan Bautista Díaz. Tomó contacto con él para ver la posibilidad de que estas jóvenes, entregadas de lleno a los preceptos de la fe en Cristo y la divulgación de su doctrina, se encargarían de tan noble y arriesgada misión: la de penetrar en el corazón de la Araucanía para civilizar, convertir y educar a las mujeres y niñas araucanas.

De las diez jóvenes que formaban el grupo, cinco quedaron en Santiago, las que dieron origen a la Congregación “Hijas de la Misericordia”. Las otras cinco decidieron ir a Angol, lo hicieron con ánimo resuelto, incluso exponiendo sus vidas por amor a Cristo y a sus hermanos.

Bajo el nombre de “HERMANAS TERCERAS FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA INMACULADA CONCEPCION”, y con la autorización del Ilustrísimo Señor obispo Mariano Casanova y la venia del presidente de la República don José Manuel Balmaceda, se trasladaron a la Araucanía, el día 11 de septiembre de 1889, las cinco hermanas que a continuación se mencionan: María del Carmen del Crucificado Fuenzalida Iturriaga, Margarita de Santa Ana Gottz Cárdenas, Mercedes de San José Cañas Hermida, Ángela de San Miguel Guajardo Zamorano, fue elegida guía y superiora del grupo la Madre María del Carmen Fuenzalida Iturriaga y en el año 1917 fueron aprobadas las Constituciones por las cuales se regiría esta familia religiosa.